Observo para luego escribir, sin nombres, solo historias contadas por si acaso.

miércoles, 25 de mayo de 2016

La vida es corta.

LA VIDA ES CORTA
Vilma Márquez de Herrera ©
 libro Mis Utas Verdades con la P rota.

Y de repente, la vida termina en un segundo, el momento de la ascensión divina es así, muchas veces tenemos tiempo para prepararnos y despedirnos de este mundo, de las personas, de rectificar actos que quizás un día causaron algún dolor. Tenemos tiempo de darle gracias a Dios por todo lo hermoso que dio día a día a nuestra vida, y que no siempre pudimos apreciar con el corazón.

La vida se termina en un abrir y cerrar de ojos, hoy sales de tu casa, cerrando la puerta, y no sabes como regresarás.

Y me hace pensar, como suelo hacer siempre, tomando las experiencias de la vida y hacerlas propias para poder escribir estos temas, donde recapacitar, donde reaccionar, donde poner las cosas claras en nuestros corazones es lo más esencial.

¿Que nos llevamos cuando nos toca la hora de partir? – absolutamente nada material, solamente la poca ropa que nos ponen para los momentos de la despedida, ahí, en una caja de madera, insensibles a las tantas palabras que nos dicen los que nos sobreviven, no vemos las flores, no escuchamos las cosas bonitas que puedan decirnos los que nos amaron, no escuchamos las peticiones de perdón que nos hacen las personas que nos dañaron, somos sólo un cuerpo despojado del alma, y en ese instante, es demasiado tarde ya.

En el camino de la vida vamos haciendo una cantidad de recopilaciones, unas buenas, otras no tanto, cosas que nos sirven, otras que nada más son puro adorno o copias que hacemos de lo que los demás hacen y usan.
Compramos, atesoramos bienes materiales, pero todo eso no cabe en una caja de madera, no nos podemos llevar absolutamente nada.

Pero lo que si se va con nosotros, es el caudal de sentimientos y acciones que hemos hecho durante los días prestados que estuvimos acá en la tierra, si amamos, si odiamos, si hicimos el bien, si hicimos el mal, si fuimos egoístas, si difamamos, si crecimos a costa de la caída de otros, si manchamos nombres, si enaltecimos con amor a los grandes y verdaderos amigos, las risas que soltamos con los seres amados, aquellas caminatas frente al mar y ver un hermoso atardecer y suspiramos y nos paramos a tomar una foto para colgarla en el FB porque era un momento demasiado hermoso y queríamos decirle al mundo lo que estábamos mirando.

Muchas, pero muchas cosas se fueron depositando en ese pedazo llamado corazón, ahí se guardan todos esos sentimientos.

Toma un solo instante, en el silencio de tu habitación, entra a tu alma, sacude los recuerdos, analiza tus acciones, mira si tus palabras hirieron, si tus acciones intentaron deformar la vida de otros, pregúntate ¿porqué? Encuentra la razón por la que no puedes amar a los demás con respeto y verdadero afecto.

La vida es demasiado corta, se apagar en un segundo, mirar hacia atrás y ver nuestras huellas, que estás sean de crecimiento, que sean historia, que dejes un buen legado a otros de tu trabajo, de tu esfuerzo,

Perdona a los que por alguna razón no entendieron tus ideas ni tus posiciones y convicciones, no todos los seres humanos sueltan el egoísmo, muchos trabajan para los demás, algunos quieren que trabajen solo para ellos. Perdona y limpia tu conciencia, es una carga demasiado pesada que no te dejará elevar el vuelo transformador el día que te toque ascender.

Cuida y cultiva aquellas amistades hermosas, las confidencias que en ese amor fraterno depositaron en tus manos, son un tesoro que solamente le pertenece a quien te lo confió y a ti, cierra con llave esa caja de confidencias y lanza esa llave al fondo del mar. Que no sean tus palabras las que un día derramen por el mundo aquellos secretos confiados a ti en un momento de amor fraternal.

Cuida la tierra, lo que ella te regala, pues es ahí donde vamos al final, nos confundimos con la naturaleza tarde o temprano, cuida de tu entorno.

Haz el bien sin mirar a quien, sin esperar nada a cambio, regala no lo que te sobra, sino lo que tienes y que hasta puede hacerte falta.

No te desvivas por acumular, al final nada nos llevamos, dejamos todo y no siempre ese todo se aprecia con el mismo amor que nosotros lo apreciamos ni con el esfuerzo que hicimos para tenerlo.

Vive libre de rencores, son pesadas piedras que no te dejan avanzar por el camino, si vives pensando en el rencor, no miras la belleza del camino por donde avanzas, y terminas cansado, deja de arrastrar y perdona desde lo más profundo de tu corazón.

No vendas ni hagas trueques con tus valores, con tus ideales, si tus convicciones son hacer las cosas correctas, apégate a ellas, muchos se quedaran a tu lado, otros se marcharan y hasta inventarán historias grotescas de ti. Sigue ahí, apegándote a las normas y reglas, a los valores que un día te mostraron tus padres.

Recuerda que la única marca que te hace estar en el top de los buenos es tu propio nombre, y ese lo edificas tu en el día a día con tus actos.

El número uno es aquel que puede irse a la cama y poner su cabeza sobre la almohada con la conciencia limpia de no haber roto ningún corazón, de no haber atropellado a nadie para ser, el que sabe que existe una poderosa fuerza llamada amor y que este comienza, nace en un corazón exento de odio, de rencor, de maldad.

Feliz día, hoy puedes hacer cambios, comienza ya.