Observo para luego escribir, sin nombres, solo historias contadas por si acaso.

miércoles, 25 de mayo de 2016

En memoria de mi hijo .

Todos los días espero por ti, casi siempre al atardecer, cuando la puerta se abría y llegabas con aquella fragancia de juventud, traías trenzados los sueños y la imperecedera sonrisa.
Todos los días te espero, cuando por la ventana veo como el sol comienza su despedida para darle paso a la noche, cuando las sombras se van metiendo en los rincones de la casa, y en aquel silencio, te pienso como ayer, como siempre, como mañana.
Y de repente, en una sacudida de la realidad, me doy cuenta que no vendrás, que todos los recuerdos se caen de golpe sobre mi regazo, se enredan en mi cerebro, haciendo intermitente aquel intenso dolor.
El día se me hace noche, la noche se me hace eterna, los sueños están vacíos de ti, y es tu voz que me suena en las gotas de amor que dejo caer casi sin darme cuenta.
Todos los días te espero, quiero seguir de pie, quiero llevar tu historia hasta el final, quiero que tus sueños se queden con alas en la eternidad, que el ocaso no desangre mi corazón, que no se degraden los colores ante mi.
Te sigo esperando mientras el lienzo se llena de colores, mientras las páginas reciben mis pensamientos, pero la tarde llega, la noche me transforma en silueta, llega la madrugada, llegan los días, se suman y se restan, y me desangro lentamente ya sin ti.

Vilma M. De Herrera
Un ángel me cuida © 2016.