Observo para luego escribir, sin nombres, solo historias contadas por si acaso.

miércoles, 25 de mayo de 2016

Observando el mundo.

Tengo una rara manía, la que muchos a veces consideran prepotencia, quizás hasta arrogancia, y la verdad que se equivocan, soy de esas personas que les gusta mantener la distancia, primero observo, analizo, me gusta saber adonde pondré mis pies.

Soy obsesiva con el trabajo bien hecho, lo que es mi responsabilidad, lo trabajo de verdad, no presumo jamás ni ostento posesiones, ni cargos, pero si mi calidad humana, la que suele chocar contra la corriente que viene y me encuentra afincada, con los pies bien puestos en la tierra.  Muchos vienen en contra, yo sé adonde voy y sé como llegar, no me dejo arrastrar por la corriente, los ríos muchas veces vienen desde la montaña, yo busco esos nacimientos, mientras lo demás vienen cayendo, yo segundo a segundo voy subiendo.

Con el pasar de los años, voy descubriendo más detalles en la personalidad del ser humano, a veces tan desquiciantes, tan desordenadas, tan esquizofrénicas, y la moda, tan bipolar.  Y lo peor de todo, tan carentes de sensibilidad humana.

En esa carrera humana, en esa competencia, es como si leyera que todo debe tener una respuesta, y seguir pautas y  normas porque están en boga, sin importar si son válidas o no, la cosa es caer en las masas que suben y luego se desplazan con estrepitosa caída, porque todo es asi, lo efervescente sube vertiginosamente, luego todo vuelve a ser lo de antes, pasada la euforia, el calor, pasado todo.

Es por eso que trato de mantenerme afincada en lo que es real para mi, en seguir buscando el crecimiento del conocimiento, hay tanto por aprender, que cuando muera habré dejado millones de millones de porcentaje sin haber siquiera conocido, el Universo es asi de grande, a veces me causa pena, porque meterse en esos mundos culturales es la mejor experiencia que el ser humano puede tener.

Perder el tiempo en lo cercano, y me voy a lo más mundano, perder el tiempo metiéndose en la vida ajena, sin conocer apenas lo que pasa dentro de esos muros, tomarse el tiempo para sufrir por lo que el otro logra o tiene, tasar sin medidas para tener lo que los demás tienen porque de lo contrario, se autominimizan.

Romper con los principios por un mínimo momento de gloria, de placer, para luego quedarse con la conciencia cargada de amargas preguntas o a la espera de las consecuencias que llegan tarde o temprano.

Cuanta pena me dan esas luchas insanas de poder, no importa que tipo de poder siempre el que esta más arriba, es atacado con las peores cargas para desmontarle del pedestal donde se encuentra, para manchar un poco la felicidad que tenga, que mezquina la humanidad agrupada para causar daño, para fortalecer el ataque contra uno solo.

Es por eso que mi rara manía de observar a las personas, me ha dado un alto grado de poder sobre lo que los demás intentan hacer, las historias son variadas, muchas llenas de triste soledad, y es cuando observo, callo y sigo avanzando, siempre hacia delante, sacudiendo los golpes bajos, borrando el naufragio que ocasiona la decepción de encontrarte con antifaces, llamado con otra voz “hipocrecía”, pesa y  demasiado, y tarde o temprano se empalidece ante mis ojos y digo para mis adentros, lo sabía, es lo común.

Vilma M de Herrera © 2016

Mis Utas Verdades con la P rota.